
Catalogo "Sitio 9 "2005
Museo de Arte Contemporáneo Valdivia, Chile
Textos:
Presentación Antonio Guzmán Curador de la muestra
NOVELAS NEGRAS Avaro Bisama
ASEDIO ESTÉTICO Ricardo Loebell critico de arte
Sitio 9: siete artistas de Valparaíso
PRESENTACIÓN
El Puerto de Valparaíso ha sufrido transformaciones y remodelaciones, operaciones de reciclaje y maquillaje, para integrarse o mejor dicho instalarse dentro del contexto que significa ser una ciudad nombrada Patrimonio de
El Puerto de Valparaíso ha sido por mucho tiempo considerado el primer puerto de nuestro país, posee 8 sitios de atraque, para carga y descarga marítima de mercaderías que vienen y van desde y hacia otro países, también es aquí donde ocurre el desembarco de pasajeros e inmigrantes que han llegado a nuestro país y que en muchos casos han activado el comercio y la cultura. El proyecto "Sitio 9" quizá como lugar cosmopolita en cuanto a carga y transferencia se refiere, es una ficción-portuaria, un lugar que no existe. Como metáfora del lugar fallanterelacionado con la nueva institucionalidad cultural que se instala en esta ciudad - puerto, el verdadero lugar faltante, dentro de toda esta remodelación y reciclaje como gran ausente en Valparaíso es el Museo de Arte Contemporáneo, el sitio museal inexistente en nuestro puerto y que permitiría desarrollar una historiografía basada en las identidades plásticas regionales. A partir de esta idea se genera el proyecto pictórico como búsqueda de un lugar, de una casa que recoja estas historias de puerto, que pretende llevar en viaje el imaginario de esta ciudad-puerto y con ello la problemática pictórica tensionada en este caso al trabajar bajo el concepto de sitio específico, modalidad que nos hace pensar el lugar de partida y el lugar de llegada de las obras, lugar que acoge y dialoga con las obras de un puerto a otro, los siete artistas viajan a otro lugar otro puerto llevando consigo un imaginario visual personal, donde la ciudad-puerto ha marcado una identidad, y es esa identidad y ese imaginario visual referido a la ciudad la que estos artistas presentan como cara visible, alejados de un imaginario y un discurso muchas veces nostálgico y cliché. Este proyecto reúne a siete artistas, Patricio Bruna, Jaime Garnham, Antonio Guzmán, Mario Ibarra (Paté), Edwin Rojas, Luis Salas Van der Meer y Pablo Ligarte, pertenecientes a una generación de artistas formados en
Curador del proyecto "Sitio 9"
NOVELAS NEGRAS
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CONTAINER
Cosas que contiene, que cargan y se descargan en Sitio 9 (que son Ibarra & Rojas & Guzmán & Bruna & Salas & Garnham & Ugarte) : inmensos cuadros de vistas secretas a la bahía, cuerpos de detenidos desaparecidos, mapas de
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MEMORIA Y CRIMEN
No deja de ser sorprendente que en Sitio 9 todos los pintores pinten. Lo anterior es una tautología pero tiene algo de sentido: en una industria cultural donde lo conceptual se consume como un virus, una vacuna y un canon, la pintura y su artesanía se ofrecen como actos de nostalgia y resistencia. En tanto lenguaje venido a menos, es el vehículo ideal para describir una ciudad venida a menos. Así, se pinta para escapar de la postal, aquellas imágenes patentadas/narradas por Aldo Francia & Gitano Rodríguez & Carlos Hermosilla & Neruda & Edwards Bello.
Se pinta para desmentir ese silencio de Bartleby de Couve, su vacío, su callejón sin salida.
Se pinta para recuperar a Manuel Rojas (que en tanto escritor, resolvió todos los problemas de Couve, antes incluso de que Couve supiera pintar o escribir) , aquel punto de inflexión entre la modernidad y el horror local.
Se pinta en tanto lucha, en tanto guerrilla. Una guerrilla que por cierto no puede vencer, que está derrotada, que fue devorada por
Para ellos la pintura opera como la huella fantasma, como la polaroid de una ciudad que no sabe cómo recordarse. Como un acto mnemotécnico. Los colores son cuerpos arruinados, objetos en desuso. Valparaíso como
O los dependientes de un sex-shop donde se venden artículos para pervertidos. Son tos habitantes de un lugar donde algo se rompió, nadie sabe bien qué. Por eso los artistas de Sitio 9 pintan para recordar la fractura. Pintan para narrar la catástrofe. Para ficcionar sobre el punto de quiebre. Para buscarlo. Hay algo utópico y algo desesperado ahí. Un gesto. Una proclama. Un grito de ayuda. Una mueca irónica. Una utopía. Porque en cierto modo, la exposición se hace cargo de una ciudad que no existe, que se borró hace tiempo. Intenta recomponer los fragmentos sueltos de ese olvido. Y sí, más que las obras individuales de cada artista, importa el todo: un mapa de referencias donde se construye un laberinto para acceder a la memoria.
Sitio 9, en ese contexto, posee una lógica policial: los cuadros son las pistas que sirven para desentrañar un crimen cometido hace tiempo y del que nadie tiene memoria. Un crimen cometido en la ciudad, donde hay que proceder a ejecutar -o a pintar- una autopsia.
En Valparaíso la pintura es una novela negra.
INCENDIOS
Escribo esto mientras la ciudad se incendia, en un día de lluvia que a la vez puede ser un día de calma. Hace dos semanas, una casa abandonada ardió en el Cerro Concepción. La estaban restaurando pero algo pasó y la casa se quemó. Hace dos días, unos vándalos prendieron fuego al ascensor Cordillera. Ambos eventos sucedieron de noche, componiendo -en imágenes yuxtapuestas que pueden aspirar a fundirse- micropostales de la ciudad: escombros, maderas carbonizadas, calaminas por el piso, vidrios rotos, barro. Es el presente de un lugar en perpetuo desastre, la catástrofe de un imaginario colapsado por la postal que lo devora y a la cual no se puede acomodar.
Valparaíso es en cierto modo una zona de guerra, donde se pelean y se destruyen las miradas que el país ha construido sobre sí mismo en los últimos años: realismo frente a vanguardia, el decorado de cine versus el horror real, el fuego espectacular versus la memoria, el tránsito de los ciudadanos versus el olvido. Y lo que más interesa de Sitio 9 es, tal vez, la lucha contra ese olvido. Frente al fuego que devora la ciudad en una permanente y secreta conspiración, Sitio 9 exhibe, los fragmentos de las pesadillas rotas de la bahía, su resaca simbólica. En cierto modo, la ciudad expuesta en Sitio 9 ya ha desaparecido, se ha incendiado, se ha vuelto ceniza. Sobreviven algunos papeles, retazos de ropa, fotos antiguas. Lo que antes eran casas -la sólida arquitectura de nuestra identidad- ahora sólo son vigas quebradas suspendidas en el aire por puro azar, habitaciones que ya no existen, muros invisibles que dejan pasar el aire.
Los artistas de Sitio 9 (Ibarra & Rojas & Guzmán & Bruna & Salas & Garnham &Ugarte) lo entienden con mediana claridad. La exposición indaga en lo queda de la ciudad después de su incendio: recuerdos falsos, personales fábulas de reconstrucción. Cuando la casa ya no está, cuando ha sido consumida en una hoguera, su versión ficcional -deforme, arbitraria, azarosa- la reemplaza, asegurando su permanencia. El recuerdo es el relato del cuerpo carbonizado que reemplaza al cuerpo carbonizado.
Si esto fuera una película, si tuviera un final feliz, la ciudad falsa salvaría a la verdadera.
Los relatos como formas privadas de rehacer una ciudad quemada.
De protegerla -si se puede- de los fuegos venideros.
Una historia que me contaron: un amigo subió al Cerro Concepción a ver cómo había quedado la casa después del incendio. Dio vueltas por ahí y sacó fotos y miró la escena del crimen. En medio de eso se topó con unos obreros, los maestros que estaban cargo de su restauración. El incendio, además de acabar con la casa se había llevado todas sus herramientas, desde los sopletes hasta las pequeñas ollas donde calentaban agua. No les había quedado nada.
Ahora que lo pienso, en cierto modo esos obreros y estos pintores se parecen. La casa quemada y Sitio 9 son idénticos. Están los mismos elementos: un lugar carbonizado, herramientas desaparecidas o rotas, una larga lista escombros, el recuerdo como única reparación posible, las sensaciones encontradas de melancolía, rabia y desconsuelo; y por supuesto, los colores del horror, de un horror sordo, un horror progresivo que ataca como una enfermedad terminal.
Un horror porteño.
Alvaro Bisama
Cerro Alegre, septiembre del 2005

The clinic
Nº Especial, año6
27/01/2005
Alvaro Bisama
(Fragmento)